Miguel Rodrigo, el granadino que triunfa en Japón con el ‘Método Miguel’

El seleccionador nacional de fútbol sala del país nipón lleva en la isla desde 2009, cuando se convirtió en el entrenador del combinado japonés de este deporte, que le ha servido para conocer esta cultura y abrirse camino entre ella

Miguel Rodirgo 1
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Dentro del contexto de la Semana de Japón en Granada, este periódico ha tenido la oportunidad de ponerse en contacto con un granadino exiliado en el país nipón. Se trata de Miguel Rodrigo, el seleccionador de fútbol sala del combinado japonés, que nos ha explicado cómo llegó a ocupar este cargo, parte de su proceso de integración y algo sobre la cultura japonesa.

Siempre con una sonrisa en la boca, dispuesto a ayudar, solícito hasta el infinito y por requerimientos técnicos, Miguel Rodrigo se prestó en todo momento a colaborar con Granada Digital para esta charla, que, en alguna ocasión, se produjo a horas intempestivas debido al cambio horario -8 horas menos-.

Licenciado en INEF y con experiencia como entrenador en la máxima categoría del fútbol sala español, el granadino del Zaidín, se está abriendo paso con fuerza en el mundo del fútbol nipón, hasta tal punto, que ha protagonizado un show televisivo en el que trataba de poner en práctica su método de entrenamiento deportivo con niños de diez años. Este documental ha tenido tal repercusión que le ha servido para que su forma de trabajo haya sido bautizada como ‘El Método Miguel’ y parte de los negocios japoneses quieran hacerlo extensivo al mundo empresarial.

Pregunta.- Bueno la primera y obligada pregunta es, ¿cómo llega un granadino a convertirse en seleccionador nacional japonés de fútbol sala?

Respuesta.- Fueron un cúmulo de casualidades. Yo estaba en caja Segovia y a través de un amigo italiano que vino a entrenar a Japón, el presidente de su club era un directivo de la Federación y le sugirió venir a España a ver un campeonato y allí nos pusimos conocernos.

Entre bromas me sugirió si quería venirme para Japón porque querían apostar por la línea española.

VAN A HACER EN EL CANAL NACIONAL ABSOLUTO UN PROGRAMA DE 90 MINUTOS DESTINADO AL ‘MÉTODO MIGUEL’

Yo terminaba contrato hacia mayo de 2009 en Segovia, donde tenía un jugador japonés y, curiosamente, su sponsor nos consiguió una gira por Japón durante diez días. Aquí comprobé que me gustó la liga y la cultura japonesa, lo que fomentó que llegáramos a un acuerdo a fínales de mayo y en junio ya estaba entrenando

Por otra parte, después del mundial en Japón decidieron no continuar con su entrenador antiguo y pidieron consejo a la Federación española por un entrenador joven y aventurero. Dieron mi nombre, por lo que les llegó la información por dos lados y se convencieron más si cabe de que yo podría ser la persona adecuada.

P.- ¿De qué manera está instaurado el fútbol sala en Japón?

R.- Pues en dos vías. Está la parte del primer equipo y luego como cantera del fútbol, aunque son pocos los entrenadores que comprenden el primer paso que puede suponer el fútbol sala y su metodología para ser futbolista de campo (fútbol 11). El modelo brasileño es el que tiene más acentuado en su base el fútbol sala para pasar el once y el español, que es el que estoy tratando de instaurar aquí.

Ya tenemos el futbol 8 y la idea es en cuatro o cinco años incluir el fútbol sala como deporte oficial de la Federación hasta los nueve años. Al ser el espacio más reducido, el contacto con el balón y la velocidad de pensamiento se multiplica y puede ser una ventaja para hacer más flexible la mentalidad analítica japonesa.

Por otra parte, con el primer equipo hemos sido campeones de Asia de forma consecutiva en 2012 en Emiratos Árabes y en 2014 en Vietnam. Eso me ha dado una credibilidad que me permite trabajar en otras líneas dentro de la Federación que no son exclusivas del fútbol sala.

UNA CERVEZA AL SOL EN UNA TERRAZA CON AMIGOS ME DA ENERGÍA Y ME CARGA LAS BATERÍAS

P.- ¿Cómo se las apaña un entrenador español con un equipo de jugadores japoneses?

R.- Las diferencias entre los entrenadores españoles y los jugadores de aquí son grandes. Tienen un gran nivel técnico y su educación deportiva es muy analítica, se concentran mucho en la ejecución, pero tienen grandes deficiencias en la lectura de juego y la toma de decisiones según los condicionantes del partido.

Los aspectos culturales marcan este tipo de jugadores y esa dureza y esos miedos que tiene parar tomar decisiones. El pánico al riesgo a equivocarse condiciona que juegan de una forma muy simple, no toman riesgos y eso te condena en la alta competición.

Esto es el mayor choque que yo pude notar en cuanto a la adaptabilidad con respecto al jugador español y es en lo que yo trato de trabajar.

P.- Parece que su forma de trabajo ha sido bautizada como ‘El Método Miguel’, ¿es cierto?

R.- Tuve la suerte de competir con Pekerman, seleccionador de Colombia del pasado mundial, para hacer un ‘reality show’ en la NHK, canal nacional educativo, para coger un grupo de niños de diez y once años que no superaban el umbral la fase de su distrito de futbol 8, dentro de los siete distritos que hay en Japón.

La idea era entrenar diez días consecutivos con estos niños con el ‘Método Miguel, el mismo sistema con el que se ganó  a Irán el Campeonato de Asia de una forma sorprendente, y de ver cómo el fútbol sala podría ayudar a esos niños a conseguir sus metas. Fue una experiencia espectacular por las situaciones deportivas y las microhistorias que ocurrieron con los niños, que salieron a la perfección, lo que dio lugar a que bautizaran el documental como ‘La Lección Milagro – El Método Miguel’.

El programa, por requerimiento de los televidentes, fue repetido por tres veces consecutivas. Dentro de la familia real, una de las princesas vio el documental se conmocionó con las historias que ocurriendo y exteriorizó que le gustó muchísimo. Todo esto ha dado lugar a que el próximo mayo van a hacer en el canal nacional absoluto un programa de 90 minutos destinado al ‘Método Miguel’ para discutir todo lo que aconteció en esos diez días que se resumió en 45 minutos de programa y ver cómo cambiaron esos niños con este método.

P.- ¿Cómo fue el desarrollo de la experiencia?

R.- Se rodaron diez programas, partiendo de un programa ‘cero’ en el que se jugó un partido con otro rival para evaluar al equipo. En un principio se perdió por 1-0 y, después de los 10 días, se venció al mismo equipo por 9-0, algo realmente increíble. Descartado el efecto motivacional de que el seleccionador nacional estuviera allí, debieron pasar más cosas y eso le chocó a la cadena. La historia concluyó de una manera casi mágica.

LOS NIÑOS SON CONSIDERADOS UN TESORO Y LA TERCERA EDAD SON UNA FUENTE DE EXPERIENCIA

Yo proponía a los chicos que pensasen y tomasen sus propias decisiones chocando culturalmente con ellos, porque yo les premiaba en el error y les reforzaba cuando tomaban decisiones de riesgo. Les daba calidad y les enseñaba cuándo hacerlas, dónde hacerlas y en función de muchos ‘dependes’, que a ellos les vuelve locos. A través de ‘feedback’ positivo, porque es una cultura ‘cruel’ en su vocabulario hacia los niños, nunca paré el entrenamiento para recriminar un error y eso les dio autoconfianza y desnudarse de todos los miedos japoneses al error y al fallo.

Se dieron situaciones duras de niños que nunca habían recibido un refuerzo positivo y cambiaron en casa. Empezaron a ser empáticos, a expresar sus sentimientos. Los padres lloraron en directo y se vieron situaciones humanas muy impactantes.

Aunque esto no deja de ser un método de educación integral que valora al niño como eso precisamente,  un niño, y no como un pequeño adulto.

P.- ¿Qué logros le ha proporcionado su método con la selección?

R.- Fuimos terceros de Asia en 2010, que era lo esperado, no tuve tiempo para construir el estilo en la selección que yo quería. En 2012 fuimos campeones ante Tailandia por 6-1. La mayor asignatura que teníamos era repetir el título, que lo logramos en 2014, primera vez que se le gana a Irán en la historia del futbol japonés. Fue una tanda de penaltis agónica y me la jugué con un portero de 21 años que paró los tres primeros penaltis y nos dio el título. Ahora es un héroe local.MIguel Rodrigo 2

Jugamos un mundial en 2012 en Tailandia y por primera vez superamos la fase de grupos, en el grupo de la muerte con  Portugal, Brasil y Libia. Luego perdimos en octavos contra Ucrania, una de las potencias europeas. Por otra parte, calificándonos para el siguiente mundial tenemos el objetivo de llegar a cuartos

P.- Hablando de objetivos, ¿qué metas se plantea con la selección?

R.- En febrero del 2016 tendremos en Uzbekistán el campeonato de Asia clasificatorio para el Mundial. La meta es revalidar el título de nuevo. Supondría algo histórico lograr tres títulos consecutivos. Hay que llegar a semifinales para conseguir el pase al Mundial.

De lograr el pase para el Campeonato del Mundo, es tangible que podamos llegar a los cuartos de final. Esto alcanzaría la perfección de mis siete años aquí en Japón.

Más hacia el futuro, hemos solicitado que se celebre el Mundial de Fútbol Sala en Japón en 2020 -año también olímpico en Tokio- en Nagoya al sur de Japón. No oculto que me encantaría cumplir mis objetivos y que mi contrato fuese renovado hacia el 2020.

P.- ¿Y qué hay de las puertas que se le abren a raíz de su programa en televisión?

R.- Me está permitiendo asistir a muchas charlas en universidades, estoy visitando empresas privadas, he recibido la invitación de la asociación de supermercados de Tokio y todos estos managers de estos sectores quieren conocer un poco esta metodología del mundo del deporte, por lo que he tenido que adaptar una charla al mundo del Bussines.

Me siento con ganas y me está gustando el desafío de hacer una charla, de cómo construir un equipo ganador. Se me está abriendo una línea que no esperaba y me está exigiendo reciclarme y dar el máximo porque es una gran responsabilidad hablar ante este tipo de managers.

P.- Dejando lo meramente deportivo a un lado, ¿qué le impactó más cuando llegó a Tokio?

R.- La limpieza de las calles. El orden, cómo todo está gestionado, los silencios, el no uso de los móviles en los espacios públicos. Está prohíbo por uso moral, no por ley. Me impactó la ausencia de delincuencia: dejar la casa abierta, los bolsos de las mujeres no tienen cremallera, puedes dejar la bici en la calle… los niños a partir de los seis años van solitos a los colegios, cogen el metro y nadie les toca.

Estás en un lugar donde puedes vivir relajado a nivel mental. No hay cacas de perro por el suelo, nadie fuma y tira la colilla al suelo. En el día a día es impactante.

P.- ¿Dónde llevaría a alguien que quisiera impresionar?

R.- A un jardín samurái de la época feudal, enclavado en la Estación de Daimon, a la orilla de Odaiba, en la costa de Tokio. Hay un jardín japonés con una paz increíble, con bonsáis de todos los tamaños, con las típicas puertas japonesas ‘toris’ y donde no se oye nada, pero levantas la vista y ves los enromes rascacielos de Tokio. Supone un gran contraste.

SE CONVENCIERON MÁS SI CABE DE QUE YO PODRÍA SER LA PERSONA ADECUADA

También lo llevaría al Parque de Yoyogi, donde hay un templo y una caminata espectacular entres bosques que te hace retroceder a la época de los samuráis y así se pude ver rápidamente el Japón nuevo y el Japón antiguo.

De forma casual, Harayuku, la calle dónde los sábados y los domingos se ven a todos los mangas vestidos y maquillados. Aquí nadie mira a nadie y puedes vestir como quieras.

P.- ¿Qué echa de menos de Granada cuando está en Japón y viceversa?

R.- Aquí echo de menos las tapas, el sol, lo bares, las terrazas y compartirlos con amigos. Esto solo lo tenemos nosotros. Una cerveza al sol en una terraza con amigos me da energía y me caga las baterías y me hace volver con la sensación de que estoy a tope.

Cuando estoy en Granada, la sensación de no estar en alerta. Dejar a los hijos jugando en un parque y no estar preocupado.

P.- ¿Cómo es el periodo de adaptación a un país con una cultura tan diferente? ¿Cuánto se tarda?

R.- Adaptar es cuestión de tiempo, a unos les lleva más y a otros menos. Después del primer año, el primer curso escolar aquí con la familia, comprendimos que era un lugar habitable y dijimos que estábamos felices aquí y cómodos, además coincidió con una renovación de mi contrato. Habíamos topado con un buen colegio, los chicos tenían amigos y bajan al parque a jugar. Aunque hay gente que no ha llegado a adaptarse, especialmente por el mundo laboral, que es muy duro aquí. Yo tengo la suerte de tener un trabajo muy flexible.

P.- ¿Le resulta caro Japón?

R.- Japón es muy caro. Sobre todo la cesta de la compra si quieres hacer dieta mediterránea. La pieza de fruta equivale aproximadamente a un euro o euro y pico. Un tomate, una manzana, especialmente el melón, que cuesta siete u ocho euros. El alcohol también es muy caro, no conciben el precio de las tapas españolas, aunque también puedes encontrar sitios de comida rápida muy barato, el udón, por seis o siete euros.

Sin embargo la relación entre vida y salario es más equilibrada que en España, aunque, por otra parte, el precio de la vivienda también es caro.

LOS PADRES LLORARON EN DIRECTO Y SE VIERON SITUACIONES HUMANAS MUY IMPACTANTES

P.- ¿Qué ha aprendido de la cultura japonesa?

R.- El respeto a los demás. Es una cultura que sabe escuchar y que no te valora por la primera imagen. Los niños son considerados un tesoro y la tercera edad son una fuente de experiencia. Los viejitos que cuidan los parques dice que hay que hacer algo y los niños se cuadran y obedecen.

P.- Para terminar, y volviendo al deporte, ¿sigue al Granada CF desde Japón?

R.- Los sigo, me cuesta madrugones o grabo los partidos y veo con lástima ese sufrimiento después de un inicio en el que con Caparrós se pensaba que era un año definitivo para estar con más cosas, pero el deporte es así. Me gustaría verlo con más granadinos, pero comprendo que el proyecto es diferente y gracias al proyecto tenemos al Granada en Primera.

 







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