María Pagés vuelve al Festival de Granada con la poesía de la danza y el flamenco en su Oda al tiempo

Además, la edición acogerá la primera actuación de los hermanos Zapico, artistas residentes del Festival

Maria Pages Yo, Carmen foto David Ruano 12
María Pagés | Foto: Archivo GD
Gabinete
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María Pagés vuelve al Festival para presentar su espectáculo Una oda al tiempo, una coreografía flamenca sobre lo efímero, la permanencia y la eternidad. A través de una amalgama sonora de diferentes estilos, que van del Barroco a lo contemporáneo, de lo popular al flamenco más auténtico, la bailarina y coreógrafa presenta una reflexión sobre su arte acompañada por cuatro bailaoras, otros cuatro bailaores y siete músicos en directo. El espectáculo cuenta con el patrocinio de Puleva.

Una oda al tiempo es una coreografía flamenca sobre la contemporaneidad y sobre el necesario diálogo con la memoria. Plantea desde el flamenco una reflexión ética y artística sobre el presente. Se pregunta sobre lo que está pasando en el mundo actual. Revisa la luz y las inquietantes sombras que marcan nuestro tiempo. Habla de lo efímero, la eternidad y de la implacable irreversibilidad del tiempo sobre el cuerpo, el deseo, el arte y la vida.

Es una alegoría sobre el tiempo que vivimos, con sus posibilidades de felicidad, utopías, terrorismos, ataques a la igualdad, retrocesos de la democracia… Corren por su savia ideas de Platón, Margarite Yourcenar, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda…, unidos por una profunda investigación sobre la ontología de la obra de arte.

Bailando desde la madurez y acompañada por cuatro bailaoras, cuatro bailaores y siete músicos, María Pagés explora la tradición cultural española; revisa los palos flamencos nutriéndolos con lo mejor de Goya, Picasso, John Cage y su visión del tiempo. Su trayectoria está marcada por el afán de innovación y aprendizaje.

En una escritura que trasciende la dramaturgia tradicional del flamenco, el ritmo que se busca en Una oda al tiempo es precisamente aquel que refleja su condición cambiante y polimorfa. Las secuencias coreográficas son rápidas, cortantes, y se hacen y se deshacen casi a la manera rítmica de un proyector de diapositivas. Se busca esa tensión constante entre el individuo y la comunidad, el círculo y la recta, el argumento y la abstracción, el silencio y la percusión.

Dirección, coreografía, diseño de vestuario y música: María Pagés. Dramaturgia y textos: El Arbi El Harti. Músicas: Rubén Levaniegos, Piotr Ilich Chaikovski, Antonio Vivaldi, Georg Friedrich Haendel, Sergio Menem, David Moñiz, Isaac Muñoz, música popular. Letras: El Arbi El Harti, Marifé Santiago. Diseño de luces: Dominique You. Diseño de sonido: Albert Cortada

Se trata de una producción de María Pagés Compañía, con la colaboración de Teatro Circo (Albacete), Teatros del Canal (Madrid), Teatro Tomás y Valiente (Fuenlabrada), Fundación Baluarte (Pamplona), Festival Les Nuits de Fourvière (Lyon), Festival Castell de Peralada y Festival Internacional de Música y Danza de Granada.

Llegan los Zapico, artistas residentes del Festival

Los hermanos Daniel, tiorba, y Pablo Zapico, vihuela y guitarra barroca, integrantes de Forma Antiqva y artistas residentes del Festival de Granada, en el que ofrecerán tres conciertos y uno de los Cursos Manuel de Falla, nos demostrarán su maestría en la interpretación de la cuerda pulsada, puesta al servicio de la música antigua. Situados en una posición privilegiada en lo que a la interpretación historicista se refiere, nos proponen Mediterránea, donde exploran el repertorio de diferencias españolas e italianas del Renacimiento y el Barroco, comenzando con música del granadino Luis de Narváez, junto a obras de Gaspar Sanz, Santiago de Murcia, Giovanni Girolamo Kapsperger. Se trata de una selección del repertorio de diferencias originariamente compuestas para vihuela, guitarra barroca o tiorba, dentro de un arco temporal de dos siglos que va desde 1538, año de publicación de la colección de música para vihuela El Delphín del granadino Luis de Narváez, hasta las primeras décadas del siglo XVIII con las obras del guitarrista Santiago de Murcia. Lejos de concebir las fuentes musicales de la época como un texto fijo e inamovible, sino como un guion susceptible de ser adaptado a las características técnicas, instrumentales y al gusto de los intérpretes, los dos músicos interpretarán sus propios arreglos del repertorio.

FEX

Música clásica del norte de la India en el Carmen de los Mártires

El trío que forman los Gundecha Brothers (voz, pakhawaj y tanpura), premio Padma Shri, 2012, por su contribución a la música clásica de su país, una de las más altas condecoraciones que otorga el Gobierno de la India, es uno de los conjuntos más activos en la actualidad del ancestral género musical que conocemos como Dhrupad.

El Dhrupad es el estilo musical más antiguo de la música clásica indostánica, la zona norte de la India. Desde sus orígenes, ha vivido muchas transformaciones a lo largo de la historia: de ser una práctica de cánticos mágicos practicada por sabios místicos renunciantes y santos, se convirtió en un entretenimiento de la alta cultura para los grandes emperadores en la Edad Media y, en la actualidad, se considera un arte musical apreciado en todo el mundo, sobre todo por el público especializado. El Dhrupad es un Yoga de la Voz, un Yoga del Sonido.

Los Gundecha Brothers han grabado más de tres docenas de álbumes y ofrecido incontables talleres y conferencias de introducción al Dhrupad. Su nivel técnico y expresivo en los conciertos, su exquisito manejo del tiempo y la tensión melódica, así como la perfecta combinación entre el rigor con la tradición y la inventiva radicalmente contemporánea que exhiben en sus actuaciones hacen de la música de los Hermanos Gundecha una experiencia artística y meditativa inigualable que los coloca en la punta de flecha del Dhrupad contemporáneo.







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