Los suizos decidirán en referéndum la deportación automática de los inmigrantes que cometan delitos

Se votará la deportación automática de un residente extranjero si es declarado culpable de delitos que van desde el asesinato hasta superar el límite de velocidad

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Cartel que anuncia el referendum |Autor: Reurters
E.P
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Suiza celebrará un referéndum vinculante el próximo 28 de febrero en el que se votará la deportación automática de un residente extranjero si es declarado culpable de delitos que van desde el asesinato hasta superar el límite de velocidad.

El sentimiento antinmigración ha aumentado en Suiza debido a la llegada de más de 1,1 millones de refugiados al continente durante 2015 y a los ataques sexuales durante Nochevieja en Alemania por parte de inmigrantes norteafricanos.

El Partido Popular suizo (SVP), antinmigración y que tiene el control de un tercio de los escaños del Parlamento, fue quien propuso el referéndum y consiguió el número necesario de firmas para llevarlo a cabo, jugando con el miedo de que los extranjeros puedan poner en peligro el estilo de vida del país.

Por su parte, los partido de la Alianza de los Liberales y Demócrata se oponen a la celebración del referéndum y lo han tachado de racista y excesivo y han denunciado que puede poner en peligro la relación del país con la Unión Europea.

Suiza está tratando de rescatar los acuerdos con sus principales socios comerciales después de que en 2014 los ciudadanos apoyaran la medida del SVP de establecer cuotas a los trabajadores de la UE.

Los extranjeros suponen un cuarto de la población total del país, en donde viven ocho millones de personas, y suponen el 68 por ciento de la población carcelaria. La mayoría de los extranjeros proceden de países de la Unión Europea como Italia y Alemania pero también hay decenas de miles que proceden de los Balcanes y de África, y trabajan para multinacionales establecidas en el país.

Si se aprueba esta ley, los extranjeros serán deportados automáticamente tras cumplir su sentencia, no tendrán derecho de apelación y no se harán distinciones entre delitos grave como asesinatos, violaciones o atracos a mano armada, y delitos menores como sobrepasar el límite de velocidad o allanamiento de morada, aunque en el caso de las faltas menores tienen que ser acusados dos veces en diez años.

Respecto a aquellos nacidos en Suiza pero que no son ciudadanos suizos y son hijos de inmigrantes, "secondos" como se les conoce en el país, también serán expulsados inmediatamente si se les acusa de un delito.

El SVP ha iniciado su campaña, publicando carteles con una oveja blanca dando patadas a una oveja negra. Otros famosos del país han mostrado su descontento con esta medida, como es el caso del actor Bruno Ganz, famoso por interpretar al abuelo de Heidi en la película de 2015 con el mismo nombre y a Hitler en la película 'El hundimiento' de 2004. "No destruyas Suiza. ¿Quieres que tus nietos piensen que eres racista?", ha pedido a los votantes.

APROBACIÓN POR MAYORÍA SIMPLE

La iniciativa del SVP se someterá a votación el 28 de febrero y para su aprobación solo necesita mayoría simple. Las encuestas sugieren que los partidarios superan ligeramente a los oponentes, ha informado un investigador del instituto GfS, Claude Longchamp.

"Si esto pasa, será un voto en contra de los grandes bloques políticos y del 'establishment' comercial y civil", ha añadido.

Los críticos de esta reforma han explicado que las deportaciones automáticas violarían los Derechos Humanos de la Convención Europea que se aplica a las familias, ya que los deportados podrían dejar atrás a familiares que se enfrentarían a dificultades económicas.

"Negarle a alguien la oportunidad de ser interrogado o no tener en cuenta las circunstancias personales antes de su deportación rompe con nuestra herencia suiza y europea de justicia", ha denunciado el exjuez federal Niccolo Raselli, líder de la campaña por el No.

En los 28 países de la UE, las deportaciones se han dejado en manos de los jueces y los intentos por hacerlas automáticas se han encontrado con numerosos obstáculos legales en base a los Derechos Humanos.

Según una resolución preliminar del fiscal general de la Unión Europea publicada este mes, un extranjero adulto al cargo de un niño ciudadano de la UE no puede ser deportado únicamente porque tenga antecedentes penales.

La campaña del SVP comenzó en 2010, cuando los votantes pidieron al Parlamento mediante otro referéndum acelerar e incrementar las deportaciones de los extranjeros convictos.

El Parlamento aprobó la ley de deportación a los acusados de delitos graves, pero añadió una "cláusula de salvaguarda" para dejar a los jueces decidir sobre algunas deportaciones, en particular aquellas de personas con orígenes suizos.

Esta última iniciativa del SVP ha llegado más lejos y pide la expulsión directa sin revisión judicial para todos los extranjeros que hayan cometido un delito. Según los miembros del SVP, una cláusula de equidad permitiría a muchos extranjeros "peligrosos" permanecer en el país.

"Nuestra prioridad debe de ser la seguridad pública, no las circunstancias del criminal", ha explicado el diputado del SVP Heinz Brand. "Nuestra propuesta no está enfocada a deportar al mayor número posible de gente, solo queremos enviar el mensaje de que, si cometen un delito, se enfrentarán a graves consecuencias", ha añadido.

Funcionarios del Gobierno estiman que alrededor de 10.210 personas podrían haber sido deportadas en 2014 si la propuesta del SVP hubiera entrado en vigor.

HABRÍA ALGUNOS LÍMITES

Sin embargo, habría algunos límites legales sobre las deportaciones aunque se aprobara la propuesta del SVP. La agencia oficial de inmigración ha informado a Reuters de que sea cual sea el delito cometido, ningún refugiado tendría que ser expulsado si se enfrenta a la amenaza de guerra o de persecución en su país de origen.

Los grandes empresarios suizos que dan empleo a la mayoría de los extranjeros se oponen al movimiento, y han señalado que el Parlamento ya ha aprobado reformas para las deportaciones de los extranjeros acusados de delitos graves.

La farmacéutica Novartis, en donde dos terceras partes de sus 13.500 trabajadores son extranjeros, ha centrado su atención en el referéndum.

"Es comprensible que la gente esté preocupada", ha explicado el director ejecutivo de la compañía, Joe Jiménez. "Pero al mismo tiempo, Suiza tiene que pensar en que las políticas que ha desarrollado le han convertido en un país muy atractivo para las compañías", ha añadido.







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