Los pasos de Lorca por Granada | Vídeo

El antiguo café Alameda, la calle Mesones, Derecho o la Huerta del Tamarit son algunos enclaves con la estela lorquiana | Granada Digital propone este viaje visual por aquellos lugares en la capital granadina que formaron parte del día a día del poeta

Foto-Lorca
Imagen de la estatua del poeta Federico García Lorca en la Avenida de la Constitución de Granada | Autor: Javier Gea
Ángela Gómez | @_Angela_GA | Vídeo: Javier Gea
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Muchos son los lugares de Granada por los que pisaron las suelas de Federico García Lorca, cuando en el centro de la ciudad aún se respiraba aroma a Vega.

El paisaje y la idiosincrasia urbanística ya no es la misma que se reflejaba en las pupilas del poeta. De hecho, con el paso de los años, la numeración de las calles ha cambiado y, en ocasiones, sobre el nuevo plano urbano cuesta reconocer y ubicar los edificios o lugares de interés que el poeta solía frecuentar. Hay edificios que han 'crecido' en pisos; otros que han cambiado de uso y otros que, directamente, ya no están.

El poeta convivió con su familia en varias viviendas de la capital. Su etapa escolar, bachiller y su licenciatura en Derecho también transcurrieron en la ciudad, a la que se le llena la boca solo con nombrarle.

La calle Mesones, la Huerta de San Vicente y la del Tamarit, la Plaza del Campillo, la Facultad de Derecho, el Teatrillo del Alhambra Palace y más rincones de la ciudad fueron testigos de las ambiciones del poeta, de sus encuentros con otros escritores, artistas y pensadores de su generación, de sus inspiraciones y, también, de sus últimas horas con vida.

Tras sus estancias por Nueva York y América Latina, así como otros viajes por el mapa nacional, Lorca regresó a su tierra natal el 14 de julio de 1936, tres días antes de que estallara en Melilla la sublevación militar contra la República que dio lugar a la Guerra civil.

El 9 de agosto de ese verano, después de un registro militar en la Huerta de San Vicente, Lorca decidió buscar refugio en casa de la familia de su amigo el poeta Luis Rosales, donde se sentía más seguro ya que dos de sus hermanos, en los que confiaba, eran destacados falangistas de Granada. Se quedaría en esa casa, que hoy forma parte del Hotel Reina Cristina, hasta el 16 de agosto cuando, según un documento policial redactado años después de la muerte del poeta, el edificio fue rodeado "por milicias y guardias de asalto que tomaron todas las bocacalles y tejados próximos". Lorca salió por esta puerta camino a un calabozo del Gobierno Civil, ubicado en la calle Duquesa en aquel 1936, uno de los últimos espacios que le vio con vida. Después lo trasladaron a una finca ubicada en el término municipal de Víznar, conocida como ‘La Colonia’. Desde allí, la madrugada del 18 de agosto dio sus últimos pasos antes de morir fusilado.

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