Los padres del joven muerto en La Calahorra en 2008 censuran la "dilación la Justicia" en su caso

Los familiares aún no han recibido "respuesta alguna" al recurso de apelación que interpusieron el pasado 17 de febrero contra el archivo de la causa

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Imagen ilustrativa de La Calahorra | Foto: Archivo
E.P.
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Los padres de Javier Joyanes, el joven jiennense que apareció muerto en La Calahorra (Granada) tras asistir a una boda hace ya nueve años, han censurado "la dilación de la Justicia" en su caso, puesto que aún no han recibido "respuesta alguna" al recurso de apelación que interpusieron el pasado 17 de febrero contra el archivo de la causa.

Los familiares del joven también solicitaron en su recurso que se librara oficio al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses para que se analizaran las ropas de su hijo, a fin de que se localizaran manchas que pudieran contener restos orgánicos, determinando si hay ADN en las mismas.

En un comunicado remitido a los medios, han lamentado "la dilación enorme de la Justicia" en su caso tras no haber recibido respuesta, afirmando que se sienten "vulnerados en su derecho a la tutela judicial efectiva, pues se descarta por el Juzgado cualquier nueva prueba que pueda arrojar luz a lo sucedido".

Fue sobre las 4,46 horas del domingo 7 de septiembre de 2008 cuando la madre del joven, Maribel Castilla, habló por última vez con él.

El muchacho, de 27 años y vecino de La Guardia (Jaén), había ido a la boda de un amigo a La Calahorra. Doce horas después de esta conversación telefónica con su progenitora, su cadáver fue encontrado en el campo, en una rambla a los pies de un terraplén de cinco metros de altura.

La versión oficial es que Javier se cayó y murió desangrado, de modo que la causa fue archivada en un principio por el Juzgado de Instrucción 2 de Guadix. Sin embargo, sus padres discrepan de esta hipótesis y han reunido multitud de pruebas, testimonios e informes que contradicen la versión oficial, hasta el punto de que la Audiencia de Granada llegó a reabrir la investigación después de una persona les enviara un mensaje diciendo que la muerte de su hijo no había sido un accidente.

A pesar de que esta testifical no aportó indicios de lo sucedido, los padres siguen manteniendo que su "hijo no se cayó" a tenor de lo que revelaron determinados peritos.

En contraposición, ven una "conjetura lo que aparece en las diligencias de la Guardia Civil y en el informe médico forense de que sufrió una caída", cuando, según sostienen, "ni se explica dónde fue ni qué camino tomó cuando salió de la boda". Inciden en que tampoco "se explica por qué no existe coincidencia de las heridas con una caída".







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