Los inventos que Granada dejó a la humanidad

Desde una escafandra para viajar al espacio hasta un complemento alimenticio como el Ceregumil han salido de la ciudad de la Alhambra

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Emilio Herrera con su escafandra | Foto: Blog de la ingeniería
Redacción GD
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En el Día Mundial del Inventor recordamos varios artilugios que Granada ha dejado para la historia de la humanidad, que hoy se siguen usando y que se usarán hasta el fin de nuestros días. Uno de los casos es el de Emilio Herrera Linares (Granada, 13 de febrero de 1879 - Ginebra, 13 de septiembre de 1967), uno de los mayores olvidados de la aventura por la conquista espacial. Y es que, Herrera, conocido en los libros por ser presidente del Gobierno de la República española en el exilio, desarrolló un gran invento que cambió la forma de concebir el universo: la escafandra astronáutica.

Su invento alcanzó un récord. Nadie antes había podido subir hasta los 22.000 metros de altitud sano y salvo. Con este artilugio se podía conseguir. De hecho, la prueba de este casco espacial dio lugar a la llegada del hombre a la luna. La propia NASA reconoció su aportación a la causa una vez fallecido.

Pero, hay otro invento que seguro que lo han tomado, visto o escuchado en anuncios. Se trata del complemento alimenticio Ceregumil. Una 'pócima mágica' que nació a los pies de la Alhambra. Bernabé Hernández Sánchez fue un licenciado en farmacia que se crió junto a la Catedral de Granada, donde sus padres tenían una droguería. Tras trasladarse a Montilla, su hijo sufrió una intolerancia que le provocó una desnutrición. Aquí nació el Ceregumil, una especie de jarabe a base de cereales, legumbres y miel. Una fórmula que ha perdurado en los años y que es made in Granada.

Packaging de Ceregumil | Foto: myohodesign

Otros inventos más modernos

Son muchos los inventos y proyectos que ha dejado el s. XXI, también en Granada. Unos se quedan en el camino por su complicado desarrollo y por su escasa popularidad, pero son muchas las ideas que merecen un reconocimiento.

Algunos los verá de poca utilidad y otros les encantará. Por ejemplo, una especia de artilugio que se acopla al calzado para evitar las rozaduras que produce el cambiar de marchar con el pie en una moto, desarrollado por David Polinario.

También hay inventos para el día a día en la oficina, como el de María Pilar de Francisco. Se trata de un tope que evita que la cinta adhesiva se vuelva a pegar al rollo. O una sombrilla que evita que nos quememos la piel mientras pedaleamos en nuestra bicicleta.

Y si pasa muchas horas en la carretera le interesará también el cojín que Juan López Gómez sacó de sus ideas. Un formato acolchado que gracias a imanes ofrece una resistencia para una mayor comodidad al volante.

Algunos han cambiado la vida a los que los usan, otros han pasado desapercibidos o no se les ha sacado rendimiento económico por su escasa popularidad, pero lo que todos tienen en común es que se idearon e inventaron en Granada.







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