La importancia del desayuno: Somos lo que desayunamos

Las 4 grandes razones por las que todos los días deben empezar por el desayuno, así como un conjunto de recomendaciones sobre el “desayuno idóneo”

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Desayuno saludable
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Grupo NC Salud, empresa especializada en asesoramiento nutricional en las farmacias de nuestro país, quiere hacer hincapié en la importancia del desayuno en nuestra alimentación diaria. Las 4 grandes razones por las que todos los días deben empezar por el desayuno,  así como un conjunto de recomendaciones sobre el “desayuno idóneo”, basándonos en cómo somos según lo que desayunamos:

 4 grandes razones por las que desayunar

1.- Conservamos nuestra masa muscular. Con la edad, tendemos a perder masa muscular (sarcopenia), lo cual conlleva complicaciones óseas y articulares, menor gasto calórico y aumento de la grasa corporal y el peso. Empezar por un desayuno es esencial para el cuidado de la masa muscular, pues dotamos al músculo de energía desde primeras horas del día, especialmente necesario en el caso de las personas que practican deporte, ya que la actividad física, si no se combina con una alimentación adecuada, puede provocar pérdida de tejido muscular, con todas sus consecuencias, y afectar al rendimiento deportivo.

2.- Mantenemos activo nuestro metabolismo, evitando la acumulación de grasas. Rompiendo con los falsos mitos que apuntan a que no desayunar ayuda a perder peso de forma más rápida, los nutricionistas recalcan que el ayuno provoca que nuestro cuerpo entre en el llamado “modo ahorro” y comience a acumular calorías ante la situación de escasez de nutrientes.

3.- Comemos sano todo el día. El hecho de no desayunar se asocia a una mayor ingesta de calorías, pues llegamos a la próxima comida con más hambre, lo que provocará realizar una elección menos saludable de los alimentos y comer de forma más compulsiva. Así, debemos ver el desayuno como un aliado saciante en nuestra rutina alimentaria. Practicar el “desayuning” es una de las mejores herramientas para gestionar de forma saludable nuestro apetito el resto del día.

4.- Mejoramos el rendimiento y la concentración. Por el contrario, si no desayunamos, nuestros niveles de glucosa en sangre descienden (hipoglucemia). Ante esta situación, nuestro organismo busca fuentes de energía alternativas que conducen a una situación de cetosis, estado metabólico que puede afectar a nuestra salud a través de algunos síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad, etc.

Eres lo que desayunas

La rutina alimentaria define nuestro carácter y forma de vida, porque somos, en definitiva, lo que comemos. Así, existen ciertos patrones de desayuno que nos definen y dan información clave de cómo somos y nos desenvolvemos en nuestro día a día. Según la psicóloga de Grupo NC Salud, Marta Aroca, nuestra personalidad puede identificarse según lo que desayunamos, que podemos explicar en función de:

1.- El tiempo que empleamos en desayunar: Comer rápido caracteriza a las personas impulsivas, optimistas, amantes de la vida y de la diversión. Por lo general, son personas que además de desayunar, suelen estar haciendo algo más mientras comen. Por su parte, comer despacio define a aquellos que disfrutan de cada momento de su vida y que, por tanto, también disfrutan de la experiencia de comer: relacionan desayunar con esos “pequeños placeres de la vida”, y se suelen fijar en los olores, sabores y texturas de los alimentos.

Lo ideal: Dedicar entre 15 y 30 minutos a esta primera comida del día, pues nos ayuda a tener conciencia de su importancia, a esforzarnos en hacerlo bien y a experimentar con aquello que estamos comiendo: cómo sabría preparado de otra forma, a quién me recuerda o qué nutrientes me aporta.

2.- Si preferimos un desayuno dulce o salado: Desayunar algo dulce está relacionado con tener la necesidad de afecto, de ahí el dicho popular de “endulzar la vida”, por tanto aquellos que eligen este tipo de alimentos son personas principalmente cariñosas. Desayunar salado está relacionado con la necesidad de huir de la monotonía o la necesidad de realizar actividades.

Lo ideal: A nivel nutricional, Marta Gámez considera que el desayuno saludable puede incluir alimentos salados así como dulces. Lo importante es definir que la bollería industrial no es una elección saludable para nuestro desayuno, pero sí lo son, y se recomiendan, alimentos como la fruta, el yogur, la leche o las bebidas vegetales. Los cereales serán una buena opción siempre que no lleven azúcares ni grasas añadidas. En cuanto a los alimentos salados, el pan de semillas, el tomate natural, el queso fresco, o fiambre de pechuga de pavo son opciones muy saludables.

Un desayuno estándar completo sería aquel que incluye una fuente de hidratos de carbono de asimilación lenta (muesli, pan de semillas integral, avena), fruta (preferible la pieza de fruta ante el zumo), y una fuente de proteínas bajas en grasas (pechuga de pavo, queso fresco o yogur).

3.- Si escogemos desayunar solos o en compañía: Desayunar solos caracterizan a personas reflexivas, que necesitan tiempo para sí mismos, de modo que suelen pensar mientras comen. Por el contrario, quienes desayunan acompañados son personas muy dinámicas y extrovertidas, que les suele aburrir estar solos, por lo que buscan compañía en acciones cotidianas de su vida como puede ser desayunar. De todos es sabido, que el desayuno se ha convertido en un acto social relacionado con la pertenencia a un grupo social, donde desarrollamos un determinado rol. Por ejemplo, en el ámbito laboral, se hacen grupos entre compañeros de una misma empresa para salir a desayunar y hablar de temas de todo tipo.

Lo ideal: La nutrición y por ende, la salud, tiene un componente psico-social fundamental. La OMS define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social. Este hecho, sumado a nuestra cultura mediterránea en la que la comida es el eje de las reuniones sociales y familiares, hace que comer en compañía sea mucho más saludable que comer solo.

4.- Si desayunamos mucha cantidad o poca: Comer mucha o poca cantidad en el desayuno es, a menudo, un acto de imitación de lo que nos han acostumbrado en nuestra vida y se basa, a su vez, en el estilo de vida de la persona (definido en el punto 1). De manera general, si comemos rápido, seguramente tendemos a comer más cantidad que si comemos lento. Esto se debe a que si comemos más despacio, damos tiempo a nuestro cerebro a que se dé cuenta de que estamos llenos, por lo que demandará comer cantidades menores.

Lo ideal: A nivel nutricional, debemos hacer una ingesta considerable de energía y nutrientes durante las primeras horas del día. Es importante que antes de salir de casa comamos algo (pequeño combustible para empezar), pero no es obligatorio tomarse todo: podemos llevarnos parte del desayuno al trabajo. Las personas que comen suficiente durante las primeras horas del día llegan al final del día mucho más saciados, menos agotados y las estadísticas reflejan que registran menos índices de sobrepeso y obesidad.

5.- La rutina o la variedad: La variedad en el desayuno caracteriza a gente inteligente y profunda que se toman las cosas con seriedad. Con frecuencia se aburren y necesitan energía, por lo que huyen de la rutina. Por el contrario, la rutina se asocia a personas tediosas que necesitan ahorrar tiempo, por ello, planifican su desayuno, como una rutina.

Lo ideal: Uno de los pilares básicos de la alimentación saludable es la variedad. Cuantos más alimentos distintos consumamos, más variedad de nutrientes estaremos ingiriendo y más reducimos, por tanto, el riesgo de carencias nutricionales. Es decir, comer variado es sinónimo de estar bien alimentado. En el caso del desayuno, no es necesario realizar uno distinto cada día, pero si podemos proponernos una propuesta nueva, por ejemplo, una vez en semana.







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