La Fiesta del Rayo de Montefrío cumple 251 años

Cientos de vecinos se dieron cita en la Iglesia de la Villa para escuchar misa y acompañar a la patrona de la localidad por las calles de la misma en una fecha tan especial

Procesión del Rayo
La Virgen de los Remedios recorre las calles de Montefrío anoche, durante la Fiesta del Rayo
Gabinete
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El municipio granadino de Montefrío conmemoró anoche el 251 aniversario de una de sus procesiones más antiguas: la denominada Fiesta del Rayo, con la que la localidad recuerda un supuesto milagro llevado a cabo por la Virgen de los Remedios, patrona del municipio, en el año 1766.

Cientos de vecinos se dieron cita en la Iglesia de la Villa para escuchar misa y acompañar a la patrona de la localidad por las calles de la misma en una fecha tan especial. Por primera vez, la misa fue acompañada por el coro de mayores del Centro de Día Los Arrayanes.

Según cuenta la leyenda, el 29 de mayo de 1766, festividad del Corpus Christi, cientos de fieles acudieron a la Iglesia de la Villa a escuchar misa, cuando de repente se formó una gran tormenta. En medio de un estruendo gigante, un enorme rayo cayó sobre la iglesia, rompiendo las vidrieras del templo y provocando que una piedra de grandes dimensiones se desprendiera de la bóveda, dejando un gran agujero, y fuera a caer justo encima de los fieles.

En medio de la enorme polvareda que se levantó, los montefrieños se temían lo peor. Sin embargo, cuando salieron de la iglesia pudieron comprobar que no murió nadie, y solo un pequeño perro, llamado Sultán, gemía de forma lastimera porque el rayo le había cortado el rabo cuando entró al templo, asustado, para ver si le había ocurrido algo a su dueño.

“La leyenda cuenta que los vecinos comenzaron a gritar que había sido un milagro de la Virgen de los Remedios, y prometieron sacarla en procesión cada año el 29 de mayo, y hacer una función religiosa de acción costeada por suscripción popular”, recuerda la alcaldesa de Montefrío, Remedios Gámez.

Además, los vecinos de la localidad realizaron una curiosa promesa, que aún hoy, 251 años después, sigue perdurando: todos los perros del pueblo y sus descendientes tienen permiso (bula) para poder entrar a la Iglesia de la Villa, sin que nadie pueda echarlos de allí.

“La de Montefrío debió ser la única iglesia del mundo donde esto ocurría, y aunque hace años que no se celebra culto en ella, ya que hoy en día acoge un Centro de Interpretación, el Ayuntamiento sigue respetando esta tradición y permite la entrada de todos los perros a la Iglesia de la Villa, en homenaje a Sultán, que también sobrevivió al rayo”, destaca la alcaldesa.







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