La falta de continuidad persigue a Mainz

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Manuel Herrera @manuelherrerapr// Foto: Román Callejón @romancallejon
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Desde el triunfo en Vallecas hasta la derrota en Los Cármenes ante el Celta, Diego Mainz volvió a disfrutar de la titularidad como un elemento cotidiano. El central madrileño enganchó, entre mediados de diciembre y el último día de enero, siete jornadas consecutivas en el once de Alcaraz. Parecía el final de una racha infausta de problemas musculares y de presencias en el banquillo, pero no fue así.

En el último entrenamiento antes del viaje a Cornellá, el jueves 6 de febrero, Diego Mainz sufrió un fuerte pinchazo en los isquiotibiales. A falta de las pruebas, el defensa del Granada no se desplazó a Barcelona y vio cómo se iba al traste su continuidad una vez más. No fue lo único que se quebró. El diagnóstico médico confirmó la rotura muscular del madrileño y le recomendó tres semanas de baja.

No era la primera vez que Mainz se veía obligado a parar por culpa de un problema de estas características a lo largo de esta misma temporada. A pesar de partir como uno de los teóricos titulares, en las diez primeras jornadas, el madrileño solo fue titular en tres ocasiones: en algunos casos por no tener el alta médica, y en otros por la ausencia de ritmo competitivo, que invitó a Alcaraz a apostar por su otro central 'fijo', Diakhaté, y por el joven y preparado Jeison Murillo.

Tras ser titular en la derrota frente al Atlético de Madrid en la jornada 11, parecía lógico apostar por la entrada progresiva del zaguero en las alineaciones de Lucas Alcaraz, pero los problemas musculares, alimentados por la inseguridad mental que éstos generan, mantuvieron lejos del once a Mainz hasta el 15 de diciembre. Fue entonces cuando inició, en Vallecas, su período más largo dentro de las alineaciones, una racha que se quebró con la mencionada lesión previa al viaje a Cornellá.

Diego Mainz regresó, una vez más, al equipo en San Mamés. Las ausencias de Murillo y de Ilori facilitaron su rápido tránsito desde la enfermería hasta el campo, pero lejos de beneficiarse de esta circunstancia para volver a coger continuidad, el madrileño vio cómo el colegiado le mostraba la roja directa en el minuto 74 por un penalti cometido sobre Aduriz.

El gesto del futbolista del Granada al ver el color de la tarjeta fue revelador. Mainz es consciente de que ya no podrá alcanzar los 26 partidos como titular de la pasada campaña y de que, si Tiago Ilori se recupera de su lesión y muestra el nivel de sus primeras apariciones, su participación podría verse reducida de forma ostensible. La falta de continuidad es su lastre.







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