Granada en otoño

Granada es lugar de ensueño

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Cocina de Urgencia para Universitarios
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Al igual que siempre, no nos damos cuenta de la llegada del otoño hasta que pasa y por suerte tenemos productos de la temporada en Granada que merecen un hueco y que lo tendrán.

 

¿Me dejas que te ponga en situación mientras lees? Estupendo. Primero, dale a play al video, qué mejor acompañante que Juan Habichuela y Estrella Morente mientras lees de principio a final...

 

 

¿Ya? Ahora, una introducción poética digna de mencionar, porque Federico no se olvidó de esta serena estación…:

Tan, tan. ¿Quién es?

El Otoño otra vez.

¿Qué quiere el Otoño? El frescor de tu sien. 

No te lo quiero dar. Yo te lo quiero quitar.

Tan, tan. ¿Quién es? El Otoño otra vez.

(Federico García Lorca)

 

¿Preparado/a? Comencemos…

Instruidos a mostrar hombro, muñeca y tobillo, el andaluz y granaíno reacciona ante el frío de noviembre imaginándose ya en invierno. La apertura de la temporada en las blancas colinas de Sierra Nevada, la decoración navideña, los turrones y chocolates esperando ser comidos por la gula acumulada de 10 meses atrás. Esos estudiantes ávidos de glucosa, con chocolatinas navideñas, engarzadas con frutos secos y brillantes envoltorios… pero, ¿olvidamos que estamos en otoño? Granada es lugar de ensueño cada día del año pero, en esta época yerma llena de alfombras color rojo y fuego, no es menos y tenemos varios productos al alcance que puede que resisten el paso de los años y al olvido incrustado que tenemos al otoño. Desde aquí un recuerdo a ellos.

 

LA CASTAÑA, TRADICIÓN EN LAS CALLES.

El otoño es la época de entrada de nueva comida y productos de temporada. Cada estación así lo establece y nosotros tenemos la suerte de contar con productos que se arraigan hasta en el mismo arte e historia. Castañas asadas, protagonistas de grabados y fotografías de varios siglos de antigüedad, materia prima de dulces árabes y exquisitas recetas, olores que transportan a la niñez. ¿Hay algo que sea quererse más que tener un cartucho caliente entre las manos en el baldío frío de la bella ciudad nazarí?

  • En Granada puedes encontrar varios puestos regentados por castañeros de toda la vida, incluso por gente nueva pero con amor a la tradición. Algunos de ellos los podrás encontrar en las zonas más concurridas de la ciudad, siendo así: la plaza de Puerta Real, lugares entre las calles Mesones y Puentezuelas. Si conoces más puedes incluirlos en comentarios más abajo.

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No ya en la misma capital, sino en otras latitudes, encontramos pueblos con tradición castañera. En las alpujarras granadinas los melancólicos castaños centenarios se apadrinan para esquivar su olvido, también se celebran días de fiesta para homenajearlas con los demás inmediatos del pueblo mientras se comen asadas y se toma anís, y a su vez, se otorgan premios en forma de fruto para agasajar a los vecinos más destacados de la zona.

La castaña no es lujosa, no. No la consideramos digna de ser alimento –conocida como pan de pobres- o fácil de preparar (¿a quién le gusta pelar una castaña?), pero no hay que olvidar que se es un fruto bajo en calorías, bajas en grasa y ricas en fibra. Perfectas para cremas y untables dulces, tomar en crudo como snack, sopas, o incluso alguna receta árabe conocida como “muhammara”, etc. ¿No es esta una buena tradición para seguir con ella y fomentar su consumo, acordarnos de aquellos años pasados y calentar las manos y contentar a la nariz?

 

GRANADA, LA CIUDAD QUE SE COME.

¿Recuerdas algún otro producto más? Imagínalo rojo, dulce y le da nombre a nuestra ciudad. La granada tiene miles de años de historia, remóntalo hasta el 3000 A.C. Los bereberes fueron los que posiblemente nombraron a esta ciudad con el nombre del fruto. Botticelli también la plasma en sus obras. La granada representa a la ciudad donde te encuentras.

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De carnosos granos rojos y llenos de dulce zumo rodeando a minúsculas semillas, la granada es un fruto que florece en primavera y comienza a recogerse desde septiembre-octubre hasta enero.

No, por desgracia no podemos contar con ella todo el año con facilidad y disfrutar de sus propiedades antioxidantes, por lo tanto ahora es el momento de aprovechar sus beneficios para conseguir una dieta equilibrada y saludable. Está llena de vitaminas (sobretodo C) y es diurética, por lo que se suman cada vez más sus efectos positivos sobre la salud. Además, si la tomas en grano, a cucharadas (como hago yo) y no escupes los huesecitos, podrás tener una magnífica fuente de fibra para añadir a tu dieta. Perfecto, ¿no?

  • En Granada la puedes encontrar, sobre todo en estas fechas (Noviembre-Diciembre) en cada puesto de fruta y verdura de nuestras bonitas calles, pero también ya envasada en grandes superficies. Aun así, el grano es muy fácil de extraer: cortar por la mitad, sujetar una mitad con una mano y con la otra golpear con una cuchara o cucharón bien fuerte para que caigan los granos a un plato. Se pueden tomar en crudo, en zumos, mermeladas, melaza –su receta, para usarla en guisos, es es esta-, ensaladas, guisos, arroces o en tartas, etc.

No hay mayor respeto y distinción a la ciudad que comérnosla y disfrutándola en la mesa; desayuno, cena, tentempié. Recuerda: escoge las más pesadas y que no tengan la piel agrietada (a poder ser), conserva sus granos en una bolsa hermética o recipiente en el frigorífico una vez abierta para evitar que coja olores y se resequen o, si no quieres abrirlas, guarda las granadas enteras en un lugar frío para que aguanten durante semanas hasta su uso.

 

EL MEMBRILLO.

Acompañado de quesos, en jaleas o jarabes con canela y azúcar, guisado y de mil maneras más, el membrillo sobrevive en otoño impasible pase el tiempo que pase. Viene de Asia y se recoge de los membrilleros, cargados de frutos en los entrecortados meses de otoño.

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De amarilla piel como el sol cuando se pone por las tierras de Granada, este fruto tiene un sabor ácido que siempre merece un buen cocinado y que admite varias formas posibles. Las recetas más tradicionales, las conocemos por el nombre de “dulce de membrillo o carne de membrillo”, pero también se cuecen enteros en agua y se toman tal cual y enfriados, cortados en gajos y cocinados en almíbares aromatizados, se asan al horno, se guisan con natas, especias y frutos secos e incluso se utilizan para aromatizar líquidos que luego serán utilizados en otros postres. Se acompañan con quesos (tanto curados como frescos), en torrijas, en ensaladas, incluso en batidos o tartas.

  • Si quieres adquirir unos cuantos para probarlos los puedes hallar en fruterías de barrio y algunas grandes superficies. Ojo cuando los busques, no los confundas con manzanas, peras amarillas o limones… ¡son parecidos! pero al olerlos no vas a tener duda de qué es qué. Si no tienes la suerte de encontrarlos y tu frutero no te puede ayudar a reservarte unos cuantos previo pedido, puedes adquirir con mucha facilidad el dulce de membrillo refrigerado en supermercados a los que seguro sueles acudir.

Y tanto hablar para no aportar nada…: Ahí va una pequeña receta, muy simple y sana, ¿te imaginas una ensalada de granada, escarola y espinacas, con dulce de membrillo y castañas y con un buen aceite de la comarca de los Montes Orientales y una 1925? No hay plan mejor para este otoño que disfrutar, y bien calentico en casa, de lo que Granada te ofrece.

 

¿Sabrías aportar sitios donde se cocine bien alguno de estos productos en la ciudad y pueblos o puedes añadir sitios donde encontrar cada producto que no hayamos dicho aquí? Pues eres libre de dejarlo más abajo en comentarios. ¡Qué aproveche, granaíno!

Un artículo de Cocina de Urgencia para Universitarios







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