Flamenco también viene de Europa

Micky López es un joven francés que se ha hecho un nombre como lutier de guitarras españolas en el sur de Francia

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Micky López, un joven lutir, en Granada | Foto: Rita M. Marín
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Micky López tiene 30 años y un talento natural para el flamenco. Este arte es universal. López es un francés, afincado en Tolouse, que se ha hecho un nombre como lutier de guitarra flamenca.
Este guitarrero, como a él le gusta llamarse, tan solo lleva dos años fabricando guitarras españolas, pero algunos maestros españoles ya han confiado en sus manos para elegir a tan importante compañera de viaje. La fama le viene por el boca a boca, y por el talento de sus manos, la calidad de su factura y el diseño "tan exquisito que sabe plasmar en cada guitarra".

"Para saber hacer una guitarra flamenca hay que saber tocar flamenco", explica este joven, que durante 7 años estudió en el conservatorio de su ciudad natal guitarra clásica. Asegura que desde pequeño le gustó este instrumento, y que fue su padre quién le animó a seguir con este sueño. "Me dice que un día en casa escuché a Paco de Lucía en una grabación, y desde entonces solo hablaba de guitarras. Mi padre me dijo que si quería dedicarme a eso tenía que formarme para llegar a ser un buen profesional".

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El lutier francés a las puertas de la Catedral granadina

"Creo que la guitarra clásica me dio disciplina para saber adaptarme a los sonidos flamencos y llegar a tocarlos bien, porque a mí al principio lo que me gustaba era la taranta que tenía un ritmo mucho más libre", reconoce sonriendo este joven que ha viajado a Granada, como todos los años, para impartir clases de guitarra flamenca. "Me gusta dar recitales, aunque tengo reconocer que ahora estoy mucho más centrado en el proceso de creación de guitarras españolas".

Micky López vive el nacimiento de una guitarra desde el principio. Él mismo compra las maderas, "me gusta escucharlas. Me hablan y puedo saber si serán buenas o no". Se desplaza a París, donde hay un vendedor especializado en madera para instrumentos musicales, también a la frontera con Alemania, donde existe una fábrica que vende pino para la tapa de la guitarra, o incluso a Madrid. "Puedo tardar dos o tres meses en hacer una pieza. Son como hijos, la verdad, me gusta cuando están acabadas", cuenta López, que va por su encargo número 12.
La familia Fernández, reconocidos guitarristas del sur de Francia, que constantemente están de gira por el norte de España, son clientes habituales. "Miguel Fernández toca con una de mis guitarras, su hermano también. Dicen que no han trabajado con ningún instrumento igual", dice orgulloso.

AMOR POR EL FLAMENCO

Desde pequeño, porque estuve escuchando a Paco de Lucía. "Me fijé en el sonido de la guitarra, y me contó mi padre que cuando lo escuché dije que así quería tocar yo. Me cantaba el sonido, sin ser capaz al principio de comprender si se trataba de una bulería o cualquier otro palo".

¿El futuro? "El objetivo es que me conozcan en toda Francia y fuera de mi país. Me gustaría hacer una guitarrra a uno de los grandes: Tomatito, Vicente Amigo…. Aún no han probado la mía. Yo con que la prueben y me den su opinión es suficiente. Y que me de algunos trucos para ser buen guitarrista".







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