"Es muy complicado dar clase a unos niños que no han comido desde el día anterior"

Así se manifiesta Rafael, maestro del Colegio Luisa de Marillac de Almanjáyar, donde el servicio de comedor escolar está cancelado por falta de pago | El problema, "una cuestión técnico-administrativa", deja sin almuerzo 300 colegios de la provincia, tres de ellos localizados en la zona Norte

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Imagen de la concentración ayer a las puertas de la delegación de la Junta en Granada
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Un total de 300 niños matriculados en seis colegios concertados de la provincia de Granada no tienen servicio de comedor escolar en sus centros educativos. Es, en palabras de todos los concentrados ayer a las puertas de la delegación territorial de Educación, familias afectadas, sindicatos y docentes,"la única comida decente que reciben al día", al tratarse de centros situados en un entorno social desfavorecido, fundamentalmente la zona Norte. Un aporte alimenticio básico en cualquier niño para su desarrollo y crecimiento, pero también para poder atender en el colegio, tal y como advertía este medio Elvira, maestra voluntaria de Cruz Roja.

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Manuela Martínez- centro- atiende a los medios en la concentración de ayer

La empresa de catering Ibagar ha cortado el suministro desde el inicio de curso, toda vez que estos colegios adeudan 19 mensualidades, un montante total de 247.000 euros que debían ser abonados a su vez a estos colegios por la Junta de Andalucía. Esta obligación de abono proviene de un convenio especial suscrito con estos colegios concertados que lleva dos años sin renovarse por cuestiones "técnico-administrativas". En este sentido, la delegada del gobierno en Granada, Sandra García, aseguraba el pasado lunes que “Mientras no le demos una solución, tendremos un problema social en una zona con especiales dificultades como es Almanjáyar, estamos trabajando para acometerlo inmediatamente”.

UN CASO DE "EMERGENCIA SOCIAL"

Sin embargo esa inmediatez no parece ser suficiente para los afectados que protestaban ayer frente a la delegación de la Junta en Gran Vía. Representantes sindicales de CCOO y UGT, junto a padres y madres de afectados, celebraban ayer la primera de las movilizaciones que no serán desconvocadas en tanto no se reanude el servicio. Diego Molina, representante de CCOO, iba un paso más allá y anunciaba llevar el caso a la fiscalía "porque se trata de un caso de emergencia social".

Un padre lo dejaba claro:  "no tenemos ninguna entrada de comida en nuestras casas" y por ello pide "un poquito de dignidad, un plato de comida para nuestros hijos", e invita a la presidenta Díaz "a que se acerque a la zona Norte". La alimentación en el ámbito escolar hace que lo intervención social y la educativa sean una sola, tal y como atestigua Rafael, maestro de sexto de primaria del Colegio Luisa de Marillac y secretario del Consejo Directivo. En su centro hay 130 niños afectados, "sin comida desde principio de curso". Las familias "ahora mismo van tirando como pueden", aunque indica que son los niños rumanos los que más afectados están al vivir en situaciones "más precarias".

LA ALIMENTACIÓN, BÁSICA PARA EL APRENDIZAJE

Como docente, tiene claro que "hay que atender primero a la situación social" porque "es complicado dar clase a unos niños que no han comido prácticamente desde el día anterior". Al menos tienen el desayuno, sufragado con el presupuesto de la Junta, recibiendo también ayuda de Cruz Roja y el Banco de Alimentos. El colegio en el que trabaja, Luisa de Marillac, lleva "muchos años trabajando muy bien". En los primeros años atendíamos más las necesidades sociales que las educativas. No quiere decir que lo curricular lo dejáramos aparte. Hoy en día todavía estamos atendiendo esa parte social". Dice de sus compañeros que están "dejándose la piel" y habla del colegio como una comunidad en la que han cursado estudios los padres de los actuales alumnos. "Este es su colegio, el colegio de Molino Nuevo".







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