El rugby granadino, a toda máquina

La decidida apuesta por la cantera, junto a los buenos resultados del primer equipo, llenan de optimismo el CD Universidad

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Foto: Manuel González
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El rugby vive un buen momento en España y en Granada se han apuntalado sólidos pilares para que el deporte del balón oval siga creciendo. Con varios clubs en liza, la palma se la lleva el CD Universidad, entidad que está realizando, además, una encomiable labor de cantera. Su primer equipo va a disputar la fase de ascenso a División de Honor B, con posibilidades reales de lograr el salto de categoría tras haber arrasado en la competición autonómica. Pero lo más interesante es el trabajo que se está realizando en las categorías inferiores.

Desde el club universitario se ha aprovechado el trabajo iniciado por la Asociación Deportiva Escoriones desde hace varios años para darle continuidad a una labor en la que esta temporada se ha dado un salto de calidad. La tarea de estos veteranos del rugby granadino ha sido muy importante, pues jamás se había trabajado desde la base de esa manera y, además, con las dificultades que conlleva iniciar una aventura de ese calibre. Su apuesta ha funcionado y, ahora, ha recogido el testigo el Centro de Actividades Deportivas de la Universidad de Granada que dirige Jordi Mercadé, bajo la supervisión y el apoyo firme de Belén Feriche, directora del Secretariado de Campus Saludable, del que precisamente depende el servicio de Deportes.

Foto: Manuel González

Este soporte ha sido esencial para el crecimiento de las escuelas deportivas que, en palabras de Nacho Martín, su coordinador deportivo, “están en su año de consolidación tras contar con una estructura mucho más sólida gracias al amparo del Centro de Actividades Deportivas de la Universidad”. Martín, exjugador y entrenador nacional, es el coordinador deportivo, mientras que Nacho Bullejos, también exjugador, es el coordinador de gestión. Ambos supervisan la sección de rugby del CDU, desde el primer equipo hasta la base.

Los datos corroboran el trabajo que se está haciendo. Son 150 licencias aproximadamente en Sub 18, Sub 16, Sub 14, Sub 12, Sub 10, Sub 8 y Sub 6, edades estas últimas con las que jamás se había trabajado en Granada hasta que AD Escoriones puso su empeño en sembrar para el futuro. Además, las escuelas se autofinancian con las cuotas que abonan los padres, que oscilan entre los 20 y 25 euros al mes.

"Este año lo fundamental ha sido la consolidación. Todo el mundo entrena con el personal adecuado, con dos entrenadores por categoría y un delegado, en condiciones espaciales interesantes”, afirma Nacho Martín, quienes sostiene que “para hacer las escuelas rentables desde el punto de vista deportivo, social, educativo y económico era fundamental esta infraestructura. Nuestro objetivo es formar personas, formar deportistas y, después, formar jugadores de rugby, pero siempre en ese orden". Y todo ello, con especial hincapié en inculcar a los chavales los valores que son innatos en el rugby, como el respeto al rival, al árbitro, a los espectadores y a los compañeros, siempre con educación, solidaridad, honestidad, juego limpio, capacidad de esfuerzo y sacrificio, disciplina y deportividad.

Martín incide en que los buenos resultados deportivos no entran dentro del objetivo inicial del proyecto, ya que lo importante es que “todo el mundo entrene con calidad, con buenos educadores y en un espacio adecuado, en definitiva, entrenar en condiciones ventajosas para transmitir nuestra filosofía rugbística. Y aunque nuestro objetivo no son los resultados a corto plazo, sí es cierto que estos están llegando antes de lo que esperábamos, incluso en el primer equipo. No buscábamos que la calidad en el desarrollo de lo que hacemos se trasladara a los resultados tan pronto. Eso estaba previsto para una segunda etapa”.

Pero, afortunadamente, todo está llegando a la vez y esto va a ser fundamental para el futuro del rugby granadino, ya que “vamos a contar con mejores deportistas y con un club consolidado desde la base hasta arriba, con lo cual el nivel deportivo, humano y de repercusión que va a tener para la Universidad será muy beneficioso", según explica el coordinador deportivo, quien destaca que “es un proyecto a largo plazo. El ciclo inicial es de cuatro años, con el fin de ir mejorando todo, desde infraestructuras a personal. Crear un sistema integral para todos los integrantes del club y algo que ofertar a la comunidad universitaria”.

Y es que, precisamente, la Universidad granadina puede beneficiarse de esta labor con el camino emprendido, al estar latente la idea de que “puedan desarrollarse investigaciones sobre deporte o familias; que los alumnos de fisioterapia o pedagogía coordinen servicios con las escuelas. Se trata de coordinar y gestionar todos los recursos que nos pone la Universidad para que crezca el club, pero que también sirva a la propia Universidad y su comunidad, como alumnos en prácticas, de la Facultad del Deporte, Psicología u otras ramas, que puedan desarrollar allí trabajos de fin de grado o fin de máster. Que sea un plus que mejore los servicios del club, pero que también potencie muchas de las acciones que pueda realizar la Universidad”.







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