El Granada no ve puerta mientras Ighalo golea en el Watford

El mítico delantero nigeriano vive un momento dulce en la Premier League

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Ighalo celebra un gol con la camiseta del Watford | Foto: Twitter
Daniel Sánchez-Garrido | @Danisgr
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Debe ser una especie de decreto de ley. Jugador que abandona el Granada mejora exponencialmente sus virtudes e incluso convierte en aciertos sus principales errores, aquellos que de rojiblanco eran más bien defectos.

Un caso que ejemplifica esto puede ser el de Odio Jude Ighalo. El jugador, de 26 años, milita en las filas del Watford desde la temporada pasada, en la cual consiguieron el ascenso a la máxima división inglesa. Mucha culpa de eso tuvieron los veinte goles en 35 partidos que se dirigieron al cielo, la clásica celebración del bueno de Ighalo.

Las lesiones están respetando a Ighalo, las portería le miran con deseo, los guardametas ven en él un enemigo. Él sigue centrado en meter goles. En la Premier no está siendo distinto. El conjunto de Quique Sánchez Flores se ha aupado a la séptima posición a un punto del Tottenham, en cuarto puesto,  Manchester United y Crystal Palace, quinto y sexto, respectivamente.

Todo ello fue tras ganar al Liverpool el pasado domingo. Ighalo anotó dos goles, que sumo a su cuenta particular que ya acumula doce tantos en 17 partidos. Cifras espectaculares en la que dicen que es la liga más competitiva del mundo. Una circunstancia que aumenta su historia teniendo en cuenta las cifras que el africano hizo en su etapa nazarí. Apenas cuatro goles en Segunda División, pero metiendo el más importante ante el Elche, como ya hiciera para ascender a la división de plata anotando en fase de ascenso frente al Alcorcón. En la élite jugó 73 partidos y anotó 21 goles. Hagan ustedes sus propios números y cábalas.

ANTÍTESIS DEL GRANADA

El Granada se ha convertido en una especie de espejo roto mirando hacia Ighalo. Si bien el equipo de Sandoval ha mejorado el fútbol en ciertos partidos de esta temporada, sobre todo con respecto a la temporada pasada, los rojiblancos siguen negados de cara a puerta.

Ante el Celta apareció este problema más que nunca. No sólo cuando los jugadores se plantan ante el cancerbero rival, sino porque la zona de creación ofensiva no consigue producir peligro en la defensa contraria.

El-Arabi empezó como el delantero franquicia del equipo. Sobre todo es el delantero de confianza de Sandoval. Es el máximo goleador, contando el gol de Copa del Rey ante el Leganés, con cuatro goles, pero está lejos de ser imprescindible en el equipo y más aún de convertirse la referencia goleadora.

En la faceta del gol ha aparecido Success Isaac. Con más regularidad de la que quisiera Sandoval, pero el nigeriano ha dado un paso al frente esta temporada. Es clave en la banda, y casi todos los balones se dirigen hacia él. Lleva tres goles.

Los demás goles se lo reparten varios jugadores. Con dos tantos están Rochina, Piti, Babin y Fran Rico (contando el gol en la ida ante el Leganés). Se ha añadido a este clan de ‘bigoleadores’ el joven Peñaranda, con un doblete de tres puntos ante el Levante.

Con un gol está el carrilero francés Dimitri Foulquier, con el tempranero tanto que consiguió ante el Betis. Laporte, central del Athletic de Bilbao, se apunta otro gol a favor de los nazaríes por un gol en propia puerta en Los Cármenes.

Este es a fin de cuentas el ‘problema’ del Granada. No es malo tener el gol repartido, pero la existencia de un hombre que se eche el gol a la espalda es clave para no echar de menos a final de temporada esos puntos que te dan la salvación, puntos que te regalan los goles.







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