Depedro: "La perfección es un invento industrial, nosotros somos asimétricos"

Entrevista a Depedro, que regresa con su cuarto disco, El pasajero, de nuevo grabado en Tucson (Arizona)

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DEPEDRO | FOTO: WARNER MUSIC SPAIN
E.P.
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Tres años después de su anterior trabajo, regresa Depedro con su cuarto disco, El pasajero, de nuevo grabado en Tucson (Arizona) con sus compinches de Calexico, Joey Burns y John Convertino, coros de la guatemalteca Gaby Moreno y arreglos de Tom Hagerman de Devotchka.

"No hay mejor palabra que 'pasajero' para definir lo que es mi vida estos últimos años", apunta a Europa Press Jairo Zavala (verdadero nombre de Depedro, naciendo en Madrid en 1973), quien añade que estamos ante un disco "muy familiar, con muchas connotaciones narrativas de lo que es un viaje en el día a día, y un viaje personal también con muchas historias".

Historias que son resultado de los "casi tres años" que ha tardado en terminarlo y "poner juntas todas las piezas" de un disco en búsqueda constante y que va desde la música folk americana hasta los ritmos africanos a lo largo de sus once canciones.

Así, subraya Depedro que "toda América, de norte a sur, tiene mucha influencia" en este nuevo álbum: "Me interesa mucho musicalmente, estéticamente y culturalmente. Es un foco inagotable de inspiración para mi. En general el sur como concepto me interesa mucho".

"GRABADO A LA VIEJA USANZA"

"Hemos grabado a la vieja usanza, ensayando hasta que la canción estuviera lo más cerca posible del ideal, dejándonos la piel en el estudio hasta que saliera bien. Incluso los fallos están ahí, no hay edición. Es que la vida es imperfecta y eso es lo bonito. La perfección es un invento industrial, nosotros somos asimétricos", plantea sobre el 'modus operandi' de la grabación.

Y añade que "cuando pasaba ese momento mágico de tener la buena toma" se daban las gracias unos a otros, "algo que pasa entre músicos pero que cada vez es más difícil de encontrar porque ahora se graban los discos de otra manera". "Se pierde la cohesión y la palabra no escrita entre músicos que surge en una habitación", apostilla.

Sobre las colaboraciones, el madrileño se muestra agradecido a Bunbury, con quien canta en el tema DF: "Le mandé la canción a Enrique preguntándole si quería cantarla y me respondió que se sentía identificado con la letra. Él con México tiene una conexión fuerte y se la creyó y fue genial y la cantó estupendamente".

Destaca también el trabajo en los coros de Gaby Moreno, de quien resalta que "lo hizo tan rápido" que después de que se fuera se dio cuenta de que "no la había invitado a cantar ninguna canción como voz solista". "Ha ayudado mucho a darle brillo a los temas, es la primera vez que una voz femenina tiene tanto protagonismo en mi música", apunta.

En esta línea, pone en valor también las aportaciones de viento y cuerda de Tom Hagerman, un "músico indie clásico que ha metido unos grandes arreglos". "Las cosas se engrandecen cuando delegas y aceptas sugerencias de otros", sentencia.

GIRA

Con el disco ya casi aquí -llega a las tiendas este 23 de septiembre-, es momento de volver a la carretera a presentar las nuevas canciones: "Tengo muchas ganas de presentar el disco y empezar el ciclo. La música me sigue permitiendo mantener mi estilo de vida y espero que en el camino siga teniendo historias e inspiración para el futuro".

"Me gusta empaparme, llevar la maleta vacía para poder llenarla de cosas y compartirlas con los míos", señala para después diferenciar entre pasajero y viajero asegurano que el primero "se deja llevar" y el segundo "lleva las riendas". Y termina reflexionando sobre el éxito, que para él es "conectar emocionalmente con lo que haces".







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