Cuatro familias granadinas consiguen la dación en pago con el Banco Santander

Con la ayuda y asesoramiento del grupo Stop Desahucios

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Daniel, Adela, Encarnación y Anouar. Estas cuatro personas y sus respectivas familias, residentes en la provincia de Granada, han conseguido en la misma semana liberarse de su deuda hipotecaria con el Banco Santander y reiniciar su vida. Las cuatro familias, organizadas en el grupo Stop Desahucios del 15M de Granada, han firmado ya su acuerdo para la dación en pago de su vivienda, con la condonación total de la deuda.

Una de las familias que ha logrado el acuerdo es la formada por Daniel Caballero y María José Marruecos, que compartían la hipoteca al 50% con la madre del primero. Ambos están parados. Él tiene 27 años y antes trabajaba en la construcción. Ella trabajó como cajera y dependienta y tiene 25 años de edad. Su pequeña, Emma María, cumplirá su primer año el próximo mes.

Caballero y Marruecos firmaron su hipoteca con Banesto, posteriormente absorbido por el Banco Santander, en 2006, para poder comprar su vivienda en Albolote. Un par de años más tarde el pago de las cuotas mensuales de 600 euros, al ser despedido Caballero de su empleo. Todo fue a peor desde entonces: “La hipoteca se ha comido los ahorros, el subsidio de paro y las ayudas de después”, afirma. La familia buscó una solución con el banco, que ofreció dos reestructuraciones de la hipoteca con ampliación de capital, lo que a la larga empeoraba su situación económica todavía más pero que tuvieron que aceptar dada su desesperación.

Como era de esperar, su vida se fue deteriorando. “Ya no teníamos nada, no podíamos ni pagar la luz, la Cruz Roja nos daba comida”, afirma Caballero. En ese momento, agosto de 2013, un familiar les aconsejó acudir a asesorarse a la asamblea de Maracena de Stop Desahucios, grupo cuyo trabajo Caballero define como “perfecto” y en el que es un habitual en acciones y asambleas. El grupo les ayudó a negociar con el banco, y menos de un año después han conseguido librarse de la deuda de 151.000 euros que mantenían con el banco presidido por Emilio Botín. Ahora esta pareja y su niña vive temporalmente en una vivienda familiar en Atarfe.

Su vida, como la de las otras tres familias, sigue marcada por la precariedad, pero al menos han conseguido quitarse de encima la enorme losa de la deuda.







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