Condenado a cárcel por quedarse con 62.000 euros de su pareja tras su muerte para impedir herencia

Los dos hombres celebraron el día 11 de septiembre de 2011 en un restaurante un almuerzo con sus amistades del veraneo en Salobreña para despedirse de ellos.

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Foto: Archivo GD
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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a dos años de prisión y multa de 2.400 euros a un hombre, de iniciales M.M.S., por quedarse con 62.000 euros del que había sido su pareja durante 26 años tras su muerte para evitar que heredaran sus dos hijas, como había ordenado en su testamento.

El procesado, que además tendrá que indemnizar a las hijas del fallecido en la cantidad estafada, mantenía desde 1985 una relación sentimental de pareja con el hombre a pesar de los más de 30 años de diferencia que existía entre ellos y, si bien cada cual mantenía su propio domicilio, uno en Granada capital y otro en la localidad de Santa Fe, solían convivir el uno en la casa del otro sobre todo en los meses de julio, agosto y septiembre durante los que los veraneaban en el apartamento que el acusado poseía en Salobreña.

Según consta en la sentencia de la Audiencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, durante los últimos años el inculpado, de 57 años, había asumido además la responsabilidad del cuidado personal de su pareja, ya de avanzada edad, y aquejado de diabetes y una patología coronaria.

No obstante, si bien en 2007, con ocasión de un internamiento hospitalario de su pareja, que tenía 79 años, se le diagnosticó un deterioro cognitivo y en el límite de la demencia, éste se mostraba lúcido y con sus facultades mentales superiores conservadas, gozaba de autonomía personal y disponía con normalidad de su patrimonio.

De todas formas, para ahorrarse las molestias de acudir a la sucursal del banco donde tenía sus cuentas, el anciano solía encomendar a su pareja que le sacara dinero del cajero automático con la tarjeta de débito cuya clave le confió y en ocasiones le entregaba cheques al portador para que sacara el dinero por ventanilla dejándoselos firmados.

El más mayor llevaba desde 1983 separado de hecho de su esposa, con la que no volvió a tener contacto, y fruto de su matrimonio tenía dos hijas con las que tampoco guardaba relación, salvo alguna visita ocasional sabiendo las unas del otro y viceversa a través de unas primas. No obstante el anciano mantenía el testamento abierto que había otorgado ante notario el 13 de noviembre de 2003 en el que había instituido a sus hijas como única herederas a partes iguales, testamento que no alteró ni modificó nunca.

Los dos hombres celebraron el día 11 de septiembre de 2011 en un restaurante un almuerzo con sus amistades del veraneo en Salobreña para despedirse de ellos. Ese mismo día por la tarde, el anciano hubo de ser ingresado urgentemente en el hospital de Motril aquejado de un infarto, y falleció al día siguiente 12 de septiembre, con 84 años.

Al día siguiente al fallecimiento, el 13 de septiembre, el ahora condenado, "conocedor de que en la cuenta del difunto había algo más de 66.000 euros", y que sus hijas eran las únicas herederas, para evitar que éstas cobraran todo ese dinero utilizó un cheque de los que su pareja había dejado firmados. Los rellenó él mismo, lo puso a su nombre y con fecha 1 de septiembre de 2011, "para no levantar sospechas", y cobró ese mismo día los 62.000 euros que había escrito, según consta en la resolución, contra la que cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.







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