Calderón de la Barca en el Teatro Alhambra de manos de Teatro para un instante

La compañía representará 'Casa con dos puertas, mala es de guardar' los días 4, 5 y 6 de diciembre

Teatro Alhambra
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La compañía 'Teatro para un instante' trae al Teatro Alhambra la obra de Calderón de la Barca 'Casa con dos puertas, mala es de guardar' los próximos 4, 5 y 6 de diciembre. Las representaciones tendrán lugar a las 21.00 horas a un precio de 17€.

En Casa con dos puertas mala es de guardar podemos encontrar, sintetizados, muchos de los elementos narrativos que se impusieron en siglos venideros hasta llegar a configurar lo que hoy conocemos como teatro.

Aunque considerada una obra de juventud, la escribió con veintinueve años. En ella apreciamos ya los signos de identidad del autor, su riqueza y dominio del lenguaje, su enorme talento para desarrollar la trama, su capacidad para la creación de situaciones hilarantes y de ritmo frenético con recursos sutiles e ingeniosos, alejados de los que se basan en la acción física, golpe, pelea, caída, etc., tan usados como motores de la risa por otros autores de su época.

Bajo una aparente frivolidad de los personajes, cuyo único objetivo en la vida parece ser el de amar o ser amado y el resto, lo que va entre nacer y morir, es secundario, Calderón construye una fina crítica a la situación de las mujeres de su época, portadoras de la honra, flor siempre codiciada por el que la posee, y por el que la roba, flanco débil del honor, visto como fortaleza preferiblemente inexpugnable en la que encerrar a la portadora del estigma del Edén.

Frente a esta prisión, las mujeres de esta pieza anteponen una actitud sin conflictos morales, llegando a gozar de sus deseos, desmontando con gracia y alegría de vivir los viejos esquemas, inamovibles en apariencia.

Teatro para un Instante estrenó su versión de Casa con dos puertas mala es de guardar en el Corral del Carbón en 2013. La crítica señaló: “La versión incide en ver a Calderón como el creador del vodevil, con miles de equívocos, ocultaciones, amores que van y vienen y un final feliz. La dirección salpica de gags cómicos lo que Calderón no escribió pero que le van al pelo. (…) El disfrute del público no sólo se exteriorizó en las muchas carcajadas sino también en los aplausos en pie, de cuyo gesto pocas compañías pueden jactarse”.







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