Arca y Jesse Kanda incendian la jornada inaugural del Sònar

El festival de música electrónica por antonomasia comienza por todo lo alto

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Arca, durante su actuación en el Sònar | Foto: organización
David Marín Román
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Un año más el festival de música electrónica por antonomasia, Music, Creativity & Technology Sónar, abre sus puertas en la Fira de Montjuic de Barcelona para ofrecernos una jornada de jueves, Sonar de Día, llena de sorpresas y experiencias sonoras y visuales dignas de relatar y recordar. Con las instalaciones preparadas y en perfecto estado de revista, comenzaba el festival barcelonés bajo un sol de justicia y una temperatura absolutamente agobiante, aderezada con una humedad altísima.

Comenzaba la tarde en el SónarHall o escenario rojo, con el estonio Tommy Cash, un rapero motivado por las letras de Kenye West, entre lo bizarro y el trap callejero. Ataviado de amarillo, a lo Kill Bill, en solitario en escena, únicamente acompañado por las visuales de fondo. El bueno de Tommy se dio a conocer por sus vídeos canallas de malote o rarito de barrio. Pero en directo a pesar de todo el empeño no deja de ser una curiosidad más.

Posteriormente acudimos al SònarPlanta dispuestos a presenciar la obra de Daito Manabe, el gran artista digital del SXXI, compositor, programador, diseñador y Dj. Phosphere es el espectáculo más inmersivo de todos los Sónar: “phosphere” ("esfera de luz"), creado por el estudio tecnológico-creativo japonés de arte new media Rhizomatiks. Una instalación en la que el público puede interactuar y además tres bailarinas de Eleven Play hacen las delicias del público con su danza contemporánea al ritmo de la música y las luces.

Acto seguido hemos vuelto al SonarHall para presenciar la actuación de Forest Swords, el proyecto de Matthew Barnes, electrónica a medio tiempo, ambient acompañado por bajo y guitarra. Medios tiempos cercanos al techno pero sin el flow necesario para la conexión que se debe establecer con el público. Algo flojos en ejecución, El de Liverpool tiene buenas composiciones en su nuevo disco Compassion, pero deben forjar más su actitud y calidad de directo.

Para una jornada completa en Sonar Día no debe faltar la visita al Auditorio de la Fira de Montjuic, el SonarComplex. Gran expectación por el concierto del aclamado músico y productor Andy Stott. El británico apareció en escena, sin focos, ni iluminación, en la más absoluta penumbra, transcurrió su actuación. Mezcla de IDM, dubsteb, techno detallista, su sonido es muy personal, con un muro sonoro capaz de derribar los sentimientos más profundos del auditorio. Una experiencia musical de difícil digestión pero con una similitud cercana a un viaje espiritual o trascendental. Stott, ya no se pliega ante las pistas de baile, no le interesan los bombos como en sus inicios. Un excelsa experiencia sin duda.

Para acabar la jornada del Sonar de Día, nueva carrera al SonarHall para presenciar sin duda el que era el concierto más esperado del día. Arca & Jesse Kanda. El venezolano luciendo chaquetilla torera, volvió a desafiar los géneros musicales que se le suponen, para convertir su estilo en un caótico juego electrónico. Arca, casi más preocupado por lo visual que por lo sonoro, con botas de plataforma y faja, actitud entregada, sabe ganarse al público con sus paseos triunfales entre los presentes. Como diva que es, entiende que su pose es tan o más importante que su música. Provocador sin igual, conoce como escandalizar o sobrecoger, los que allí vieron sus visuales juzgarán.







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