Aquellas vajillas de la infancia

Han pasado los años, han venido modas nuevas, otros estilos , pero las vajillas de La Cartuja siguen teniendo su sello inconfundible de elegancia y distinción

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Foto: Gabinete
Gabinete
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De entre todas las tradiciones que se recuerdan con gusto en la memoria de nuestra niñez está la de las comidas o cenas de días especiales, aquellas en las que la familia se reunía, se sacaba la vajilla de La Cartuja y todos se sentaban a comer en una misma mesa o, cuando menos, en un mismo lugar y a la vez.

Ese momento entrañable indefectiblemente estaba unido al lujo de una vajilla que ponía el toque de distinción en la mesas. Esa loza estampada, de agradable aspecto, suave tacto, sólida, y muy elegante que había en todas las casas: la vajilla La Cartuja de Sevilla.

¿Quién no recuerda su diseño de estilo inglés? El centro del plato estaba decorado con un paisaje característico que embelesaba,  de apacibles jardines con estanques donde cisnes o patos surcaban el agua, o donde parejas de paseantes hacían una parada en tan paradisíaco jardín, o aquellos pájaros de cuento.  Los bordes estaban decorados con preciosas orlas. Y, por supuesto, la decoración era monocolor. Las había en negro,  azul o marrón, pero sobre todo en rosa. En cada ocasión los pequeños escudriñaban el plato para ver si localizaban un detalle nuevo antes de que se lo llenaran. Con el tiempo, los que comían en la vajilla de sus padres  tuvieron  su propia vajilla de La Cartuja de Sevilla. Todas las novias la querían en su ajuar.

Han pasado los años, han venido modas nuevas, otros estilos, otras vajillas otros diseños. Pero estas tradicionales vajillas de La Cartuja como se las conoce popularmente, siguen teniendo su sello inconfundible de elegancia y distinción a la hora de vestir la mesa. No obstante, nuevos diseños se han incorporado a sus colecciones, nuevas decoraciones para las piezas, estilos novedosos y dibujos renovados. Incluso se han combinado colores. Pero cada una de estas vajillas sigue teniendo valor en sí mismo, sigue siendo distintivo de elegancia y de tradición.

LAS NUEVAS VAJILLAS

La tradición alfarera de Sevilla y la innovación y elegancia inglesa permanecen unidas  en estas inconfundibles vajillas que no permanecen ancladas en el pasado. En la actualidad, además de los diseños clásicos, han incorporado otros. Los nuevos diseños y decoraciones las hacen aptas para un uso más habitual. Pero siguen siendo indicativas de buen gusto. ¿Y por qué no? ¿Por qué no comer de diario con una de estas bonitas vajillas? ¿Por qué no usarla con la familia, los amigos o en cualquier ocasión?

Hay modelos que siguen manteniendo el sabor de lo antiguo. Y hay modelos más frescos que sin restar elegancia pueden adecuarse mejor a momentos más cotidianos. Sea cual sea, una vajilla La Cartuja de Sevilla en una mesa es signo de armonía y agradable convivencia,  de valores perennes y de tradición. En cualquier caso es signo de buen gusto y elegancia. Vestir una mesa con ellas es dar importancia al momento. Regalar una es regalar algo más que una vajilla de calidad, es desear buenos momentos y felicidad.







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